Por: Sara Vélez
Noviembre 30, 2022
Si al igual que nosotros te preocupas por el futuro de nuestro planeta, lo más probable es que seas un consumidor activo de productos “amigables” con el medio ambiente. ¿Pero sabes qué tan verídico es esto? ¿Sabes cómo analizar la comunicación alrededor de la sostenibilidad? ¿O estás siendo una víctima más del greenwashing?
Greenwashing se traduce del inglés a “lavado verde” y es cuando una compañía quiere hacer pasar por ecológicos y responsables con el medio ambiente, procesos o productos que en realidad no lo son.
Al usar esta técnica, estas empresas buscan mejorar su imagen y recuperar o dejar de perder clientes, al aprovecharse del deseo genuino de las personas por generar un impacto positivo.
Pero, ¿cómo podemos reconocer entonces el greenwashing para evitar caer en él?
Aquí te dejamos tres preguntas que te ayudarán a identificarlo
1.¿Utiliza afirmaciones con un lenguaje complejo o ambiguo?
Se tiende a utilizar afirmaciones que al ser poco precisas, causan confusión y no aportan ningún tipo de información real. Por ejemplo cuando se indica que un producto es “100% natural” o se usan palabras como “Bio” o “Green”.
Por ejemplo: H&M con sus etiquetas ‘Conscious’, que utilizó slogans similares a los utilizados por activistas ambientales, sin realmente vender ropa más sostenible.
2. ¿Habla de objetivos de impacto pero no tiene ningún tipo de respaldo, indicador o certificación?
Normalmente son acciones que se vinculan a los objetivos de desarrollo sostenible o a la obtención de cero emisiones de CO2, pero que carecen de certificación alguna y solo se presentan como objetivos a largo plazo.
Por ejemplo: La marca de micro proteína de origen vegetal Quorn, que afirmaba que sus productos ayudaban a la reducción de huella de carbono, aunque esto no era realmente verificable.
3.¿Utiliza sellos no oficiales?
Las empresas pueden llegar a inventar sellos o logotipos que nos lleven a pensar que el producto es amigable con el medio ambiente, por esto es importante buscar sellos confiables como el de Empresa B certificada.
Por ejemplo: Ikea, una compañía de mobiliario que a pesar de estar supuestamente acreditada, se descubrió que realizaba talas ilegales de árboles en los bosques de Ucrania.
La comunicación engañosa alrededor de la sostenibilidad es mucho más común de lo que pensamos, por esto es importante que nos informemos al respecto, encender nuestro radar para identificarlo y tener la iniciativa de indagar un poco más acerca de las marcas que consumimos y lo que hay detrás de ellas.