El punto de partida para migrar al diseño centrado en el planeta.
Por: Isabella Ortiz
Noviembre 26, 2020
Desde hace varios años hemos seguido un modelo de producción y consumo lineal donde las cosas se hacen, se usan y se desechan. Pero, ¿alguna vez se han detenido a pensar si este modelo es correcto? ¿Si de verdad los productos desechables están bien diseñados? Como consumidores y como diseñadores estamos asumiendo la existencia de nuevas necesidades, sin preocuparnos a dónde van a parar todos nuestros productos y todas las cosas que desechamos.
Con el auge de necesidades ficticias, nuestro planeta: un recurso finito, se está quedando sin opciones frente al consumismo desmedido de bienes y servicios. Poco a poco la sociedad ha empezado a exigir alternativas de consumo responsable y por esto surge la economía circular. Ésta busca darle un cambio a ese modelo de producción y consumo lineal, para que los productos y servicios sean diseñados imitando el ciclo biológico, de tal manera que al ser desechados vuelvan a formar parte de la tierra sin generar un impacto negativo o que tengan un ciclo más extenso y duradero.
La economía circular se conecta con un término conocido cómo diseño circular. Se trata de diseñar productos más amigables, pero también más duraderos. Que no se desechen de forma incorrecta, sino que puedan “reorganizarse” cómo un software que siempre tenga actualizaciones. Permitiendo que no haya ningún final en la vida del producto y que este pueda ser reusado, reparado, transformado, reciclado o devuelto al medio ambiente.
Antes se pensaba que el diseñador solo estaba presente en el inicio del ciclo de vida del producto, se diseñaba algo y después de esta fase no volvía a intervenir. Pero ahora en el diseño circular los diseñadores tienen que pensar en una solución de diseño holística, que tenga presente el ciclo completo y el impacto ambiental y social de los productos. Aún teniendo en cuenta las necesidades de las personas, las tendencias del mercado y el propósito de las marcas.
Desde ImasD nos encontramos en un proceso de aprendizaje constante frente a estas nuevas metodologías de diseño circular. Estamos convencidos de que nuestro rol en cada proyecto es educar a las personas involucradas en la toma de decisiones con respecto a este nuevo pensamiento. Este año desarrollamos un proyecto de empaques para domicilios de restaurantes, que se enfocaba en la optimización de recursos y la reducción de materiales, buscando mejorar el posicionamiento de las marcas y la experiencia de consumo en casa.
(Para ver un poco más de este proyecto visita: https://www.instagram.com/p/CGksS80D5G5/ )
Este es un proyecto inspirado por el caso de Cocorolló, una marca que acompañamos en el rediseño de sus empaques y logramos que en 3 tipos de estos puedan transportarse alrededor de 15 platos. Reducimos la cantidad de bolsas y cintas utilizadas gracias a una estructura firme que conserva los alimentos en su lugar y con la frescura que necesitan. Generando así una reducción del impacto ambiental y la generación de desechos. Además de un mejoramiento en la percepción de la marca y su servicio a domicilio.
¿Qué estamos esperando para ser parte del cambio? Comencemos por cuestionarnos como diseñadores y habitantes del planeta, cómo podemos mejorar los productos y servicios que utilizamos. Busquemos llegar a alternativas sostenibles pensando, no sólo en las personas, sino también en el planeta como punto de partida del diseño.