Por: Daniel Moreno
Enero 28, 2021
De manera constante recibimos llamadas, correos y mensajes en los que nos piden cotizaciones y propuestas de trabajo con una aclaración muy notable de “SOMOS EMPRENDEDORES”.
Este tipo de acercamientos nos llenan de interés y curiosidad y al mismo tiempo nos dejan muchos aprendizajes.
Cuando comenzamos a profundizar sobre las necesidades de estos proyectos, el lenguaje de las personas va muy orientado a frases como: “no sabemos nada de diseño”, “nos dedicamos solo a desarrollar un producto”, “no tenemos identidad de marca”, “lo hemos hecho todo nosotros mismos”, “no tenemos recursos”, “no sabemos quién es nuestro usuario”, etc.
La realidad detrás de estas conversaciones es que el diseño sí ha estado presente en cada uno de los pasos que han dado estos proyectos y las personas que los componen. Como herramienta, el diseño nos permite idear, ensayar, probar, ir y volver, pero sobre todo, el diseño es un camino hacia la mejora continua.
Los emprendedores son personas que desde el principio se encaminan, a veces de manera inconsciente, a un proceso de diseño constante. Entienden que hay oportunidades en el entorno y contexto que habitan, comprenden necesidades que hay que solucionar (propias y/o ajenas), co crean con sus equipos y personas cercanas, prueban sus ideas una y otra vez, aprenden de cada experiencia y eventualmente logran estructurar sus negocios para verlos prosperar.
El diseño estratégico es exactamente esto, visto de una manera general, es poder identificar oportunidades y necesidades para convertirlas en soluciones de alto valor para las personas. Esto acompañado de una razón clara de porqué deberían preferirnos frente a otras opciones, que ahí ya es donde empezamos a hablar de desarrollo y construcción de marca.
Incluso las estrategias de posicionamiento se nutren por medio del diseño para crear altos niveles de diferenciación y le dan fundamentos y razones a las personas para tomar decisiones de compra y adquisición, el diseño nos permite conectarnos con las motivaciones mas profundas de las personas, conectar con ellas y hacer que se enamoren de nuestra propuesta de valor.
En nuestro recorrido hemos tenido la fortuna de colaborar con proyectos de emprendimiento como Chipchas, Evok, Bilanz, Titanium, Olivia, Ecohome, Pinominino, y hemos logrado identificar que cada una de esas marcas se fundamenta en necesidades reales que han sido identificadas gracias a la capacidad de escucha, empatía y observación de los equipos. Esto no lo hubieran definido tan bien de no haber sido por esos procesos y aplicaciones del diseño como herramienta de creación de valor.
No hay emprendimiento sin diseño, lo único que podemos hacer entendiendo esto, es invitar a los emprendedores a acercarse de manera más consciente a todo lo que representa esta gran herramienta y a poner en práctica todos los beneficios que hay detrás de ella: metodologías, técnicas, procesos, referentes.
En imasD vivimos el diseño estratégico día a día para aportar al crecimiento de las marcas y los negocios identificando áreas de oportunidad, cambio y evolución con consistencia y sentido.