Por: Marcela Arango
Agosto 29, 2023
Hace varios meses comenzamos la planeación de un gran viaje de inspiración que estaremos haciendo en septiembre a Nueva York. Una búsqueda exhaustiva de los mejores lugares para descubrir marcas emergentes, locales y con propuestas distintas, porque es allí en donde florece la creatividad y el diseño: en aquellas marcas que se atreven a crear propuestas que están fuera de lo común.
Sin embargo, luego de tener el mapa lleno de puntitos y la ilusión por ver y probar productos nuevos, han comenzado a surgir conversaciones en nuestro equipo y con nuestros clientes donde nos hemos cuestionado la manera correcta de observar, analizar y aterrizar esta información para que sea una verdadera fuente de inspiración y que no se convierta en un banco de ideas para copiar y pegar, generando la duda y la frustración de que si vaya a funcionar en un contexto tan distinto como el nuestro.
Entonces gracias a estas conversaciones nos hemos empezado a preguntar, ¿es realmente útil para las marcas analizar las “tendencias” globales? ¿O nutrir sus procesos creativos con la información de las ferias donde cada año se exponen las últimas “innovaciones”? Nuestro propósito con la reflexión de este artículo no es afirmar que estos ejercicios no sean valiosos para los procesos de las marcas. Pero lo que si queremos cuestionar es la forma en la que se aprovecha y utiliza esta información al interior de los negocios.
En ImasD somos fans de las herramientas de inspiración como el Coolhunting y llevamos muchos años viajando por el mundo para traer información de primera mano de lo que ocurre en términos de productos, sabores, formatos, experiencias y costumbres diversas. Pero si hay algo que hemos aprendido es que, al momento de aterrizar esta información a nuestro contexto, debemos tomarla con pinzas y adaptarla a nuestro entorno.
Aquí, en nuestro país, tenemos la fortuna de contar con ingredientes supremamente especiales que llevamos años transformándolos de múltiples formas y pueden cumplir beneficios similares a los de otros productos que vemos en tendencia en otro país, pero nos sorprendemos más cuando lo vemos con otro nombre, en otro idioma y en un empaque elegante. Hemos olvidado mirar hacia dentro y esto nos hace pensar ¿cómo crecerían nuestras industrias si nos enfocamos en potenciar lo que somos y lo que ya tenemos?
Obviamente no podemos cerrarnos y dejar a un lado lo que pasa afuera. Hoy todos estamos conectados y claramente algo que pasa en otro hemisferio puede afectarnos, pero es importante que no confundamos esa globalización con lo que realmente necesitan las personas para las que estamos diseñando nuestros productos, aquí y ahora.
Así que, este viaje que se acerca nos tiene con la emoción a tope porque definitivamente vamos con una mentalidad distinta, mucho más crítica y con la seguridad de que este ejercicio de polinización cruzada ―más que de inspiración―, va a ser muy potente para continuar creando soluciones a los retos de nuestra industria.
Y me despido invitándolos a ¡unirse a este viaje! Si alguno de ustedes se antojó de tener esta información que nuestro equipo traerá desde Nueva York, pueden escribirnos por cualquiera de nuestros canales para compartirles cómo pueden adquirirla.