Seamos una fábrica de ideas donde la creatividad sea nuestra materia prima

Por: David Freyre
Enero 27, 2021

Hace 15 años la idea de hacer empresa era seguir con las mismas prácticas que uno escuchaba de las personas que trabajaban. Con una experiencia de práctica empresarial muy tradicional quede muy pensativo de cómo sería una empresa donde me soñaría trabajar, que tipo de cultura, de actividades y de acciones se podrían tener para ser mejor empresa frente al mundo.

Desde el principio las bases fueron claras: «hacer las cosas de otra manera». Esto en un principio generaba sorpresa a las personas porque era ir en contra de la corriente. Esto ha venido cambiado en los últimos años con una nueva generación de empresas con una mentalidad diferente, conscientes del impacto que tienen más allá de generar resultados económicos.

En nuestro camino a convertirnos en empresa B nos dimos cuenta que nuestra mentalidad como empresa esta muy alineada con los principios que rigen la certificación. Pero de todas maneras hemos tenido grandes retos principalmente en:

Medición del impacto

No es suficiente decir qué se hace, hay que demostrarlo y documentarlo. Como dicen tantas veces: «lo que no se mide no existe».

Proceso Continuo

Ser mejor empresa es un proceso infinito. No se trata de una certificación, se trata de mejorar continuamente porque siempre se podrá hacer mejor.

Cambiar la mentalidad del equipo

Es fundamental que los líderes cambien su mentalidad frente a los negocios, pero más importante aún que todo el equipo entienda qué es ser una empresa responsable, porque las acciones de cada uno tienen un impacto que en sumatoria es el impacto de la empresa.

No me deja de sorprender la necesidad imperante de crecer y crecer las empresas, después de 15 años tengo claro que no solo es crecer en ingresos, número de clientes y proyectos, alcance de territorios, apertura de oficinas en nuevas ciudades y muchos más KPIs para poder medir el éxito de una empresa. 

Ser Empresa B te invita a repensar el éxito de la empresa y requiere de un cambio de paradigma empresarial. Empresas con propósitos claros y con impacto positivo sobre la sociedad y el planeta. En mi opinión, todas las empresas deberían ser Empresas B, pero el cambio es difícil por eso es importante tener la mente abierta para transformar lo establecido.

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