Co.creado por: Daniel Moreno y David Freyre
Octubre 30, 2018
Cada año miles de emprendimientos tratan de sobresalir en el mercado colombiano con productos, experiencias, apps y servicios con soluciones muy atractivas para las personas.
El afán de los emprendedores hace que sus prioridades se fijen en desarrollos mínimos y necesarios que les permitan salir a competir con productos competentes, con estrategias definidas de financiamiento, producción, logística, etc. Pero son pocos los que se toman un tiempo para pensar en un proceso estratégico de marca.
¿Acaso un producto bien diseñado y con excelentes características funcionales no es suficiente para poder competir en los mercados existentes y/o emergentes?. Puede que sí, aunque no es una garantía de permanencia. Hoy las personas no responden únicamente a estímulos funcionales o a productos y servicios estéticamente llamativos. La fijación y la lealtad han migrado a las creencias de las marcas, su propósito y su verdadera autenticidad, lo que se traduce a estrategias de marca sólidas y coherentes.
Nuestras marcas se comunican continuamente con diferentes públicos: clientes, proveedores, colaboradores internos, socios, comunidades; cada punto de contacto e interacción con estos grupos es una oportunidad para generar coherencia y conexión, para declarar creencias y propósitos.
Cuando reconocemos el rol que tiene la estrategia de marca logramos trascender el sentido de cualquier producto o servicio y situamos nuestros proyectos en un camino de consistencia para la definición de elementos de negocio tan importantes como el mercado objetivo, estrategia de precio, canales de venta, características del producto, extensiones de producto, empaque, diseño y experiencia digital, medios de comunicación, mensajes, eventos, alianzas e incluso equipos de trabajo.
Hatsu es una marca que nos permite evidenciar la importancia del “Hacer desde el ser”. Nace en un entorno competido por multinacionales y marcas de alto reconocimiento y posicionamiento. El primer punto de contacto, la botella, llamaba la atención con su estética. La marca empezó a posicionarse en lugares de consumo poco tradicionales y con un equipo comprometido.
En su evolución, Hatsu demostró que había nacido para sorprender con un lenguaje de marca único. Dejó a las grandes marcas compitiendo por precios y espacios de góndola y empezó a conquistar a su público con una estrategia de marca fundamentada en el diseño y en la búsqueda de bienestar para las personas; “Más que una bebida, somos un estilo de vida motivado por la evolución y bienestar humano”.
Hatsu es coherente y consistente desde su origen. Sus espacios de trabajo inspiran con diseño, apertura, no hay jerarquías y las personas reflejan los valores de la marca. Hacia afuera, el portafolio de productos es completamente diferenciador, las diferentes categorías recrean un ecosistema de identidad unificado y en punto de venta el bloque de colores rompe esquemas. Y así pasa con todo lo que gira en torno a la estrategia de marca, sus activaciones, alianzas, ediciones especiales, lenguaje gráfico en redes, etc. Coherencia y consistencia.
Nuestra experiencia con Pércimon nos retó a crear una estrategia de marca completa en el que el producto no solo conviviera con los elementos en el punto de venta, sino que todos juntos representaran una experiencia de marca impactante y coherente. Empezamos comprendiendo la marca y el negocio desde su origen y esencia para redefinir el sistema de identidad visual. Cuando comprendimos qué movía la marca, sus valores, personalidad y propósito, dimos inicio a la generación de ideas para materializar todos esos elementos. La estrategia nos llevó a crear un ecosistema de marca en el que cada punto de contacto expresa bienestar, frescura, magia, tranquilidad y disfrute, esto desde los recipientes hasta la experiencia de punto de venta en general.
Hoy Pércimon está posicionada en el mercado y ha logrado replicar su estrategia de marca e identidad a 10 puntos de venta. A parte de esto, una visita a sus nuevas oficinas, nos demuestra la coherencia con la que se está transmitiendo el mensaje y el compromiso que tienen no solo con la marca sino con las personas y los equipos que la componen. El ingreso, la forma en la que te reciben, los puestos de trabajo y el relacionamiento interno definen una cultura sólida, con diseño y sensibilidad.
Bien lo dice Simon Sinek, “La gente no compra lo que haces, sino el porqué lo haces”. La estrategia de identidad de marca se convierte en el activo diferenciador que nos permite guiar el crecimiento de la marca. Si desde el inicio establecemos un mensaje claro y contundente, el tiempo y la consistencia traerán sus frutos.